¡POR FAVOR, PAREN AL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR!

En los años 80´s creativas canciones de POP y ROCK EN ESPAÑOL se repetían en la radio una y otra vez; algunas estrofas se adhirieron en mi mente como un tatuaje; como es el caso de una canción inspirada seguramente en las frases de Mafalda; el grupo era: Ciclón, de esos grupos (en mi opinión) de un solo éxito que decía:

• “Por favor paren al mundo nos queremos bajar, nuestro mundo es diferente, nos debemos amar…”

¿Marcas tu ritmo o te adaptas y aceleras?

 Es verdad que el mundo va cada vez más rápido, a diferencia de la sabiduría de Mafalda o la profundidad en la letra de Ciclón; lejos estamos de podernos bajar y cada vez hay que asegurase con más fuerza para no caerse; para poder seguirle el ritmo a la vida cotidiana y mantenernos actualizados. 

Stephen Covey, uno de mis autores favoritos, hace énfasis en que la felicidad es la base del éxito, y nos hace reflexionar en algo que yo menciono casi siempre en mis pláticas y talleres que, aunque parece un juego de palabras no lo es, y cito: “Lo más importante en la vida, es que lo más importante, sea realmente lo más importante” (Covey, 1989) 

¿Cuánto tiempo le dedicamos realmente a las personas importantes en nuestra vida?

Hoy todo es rápido, compramos rápido, comemos rápido, el mundo cambia rápido y nos llega la información rápido. 

Vamos inmersos en el mundo actual digital, que nos marca la pauta para no quedarnos obsoletos y nos lo da todo en la palma de la mano; nuestros dispositivos móviles son lo que más atrae nuestra atención y nuestra mirada, que nos llevan en múltiples ocasiones a separarnos de los que tenemos cerca; perdemos miradas de los que sí están a nuestro lado, para conectarnos con los que están lejos de nosotros. 

En estos momentos en que vivimos con la contingencia del COVID 19, que nos hizo parar de golpe nuestro ritmo y cuidarnos, quedándonos en casa; en estos días ¿qué tanto te encuentras con esa mirada? ¿Cuánto tiempo le dedicas a tus seres queridos? o ¿realmente tienes tiempo libre? 

¿Cuál es tú caso?

 Entre tu trabajo, ya sea el de la oficina, más el de tu casa, tus clases o de tus hijos (si es el caso), el zoom con reuniones de trabajo y las sociales, los webinar o cursos de todo y el baile, el yoga, la meditación y hasta la fisioterapia en línea; hay un exceso de conexión con otros y por lo menos a mí ¡me cansa!

Luego de tener cubiertas las necesidades básicas como Maslow nos advirtiera, los seres humanos, lo que más necesitamos es TIEMPO, CARIÑO Y ATENCIÓN.

Debemos encontrar constantemente tiempo de calidad para mirar con atención el alma y escuchar las necesidades que tienen los que más queremos. No te pierdas la mirada de tu pareja, de tus hijos o hijas. Fortalece tu conexión emocional con ellos, no hay mayor privilegio que estar conectada con el alma de tu persona favorita…

Reconectar

En este mundo girando rápidamente no es tarea fácil parar; parar para disfrutar de nuestra gente, de un atardecer, de un buen libro, de pasar la tarde con los que más quieres y por supuesto eso te incluye, para hacer introspección, estar contigo y pensar, pero en modo avión; sin estar pendiente del teléfono, ni las redes sociales. 

Ahora que debemos estar en casa; parece paradójico ¿cierto? ya que me podrías decir, llevo la cuarentena encerrada (o) con mi familia, y claro, tienes razón, pero ¿cuánto tiempo has dedicado conscientemente esta semana para nutrir tu relación con esa persona que amas? Además, en el ambiente hay estrés por las noticias de la pandemia y con mayor razón hay que desconectar en algún momento del día para el manejo del estrés, para respirar y reconectar.